Características y composición del Sol: de qué está hecho
Una de las curiosidades del Sol es que tiene características únicas que lo diferencian de otros cuerpos celestes. Está compuesto principalmente por hidrógeno, aproximadamente un 73% de su masa, y helio, alrededor de un 25%. El 2% restante lo constituyen elementos más pesados como oxígeno, carbono, neón y hierro, entre otros.
Estas características del Sol lo convierten en una estrella de tipo G, lo que significa que es una estrella amarilla enana, aunque para nosotros parezca enorme. Entre las principales características del Sol, se destacan:
Diámetro aproximado: 1,39 millones de km.
Edad estimada: 4.600 millones de años.
Masa: 333.000 veces la de la Tierra.
Temperatura en la superficie (fotosfera): unos 5.500 °C.
Temperatura en el núcleo: más de 15 millones °C.
Distancia a la Tierra: 150 millones de km, conocida como 1 Unidad Astronómica.
Para comprender mejor cómo es el Sol, conviene dividirlo en sus diferentes capas, cada una con funciones y propiedades distintas. Desde el centro hacia afuera, encontramos:
Núcleo: es la región central donde se produce la fusión nuclear.
Zona radiativa: aquí la energía se transporta hacia el exterior mediante la radiación de fotones.
Zona convectiva: en esta capa, la energía se mueve a través de corrientes de plasma caliente que ascienden y descienden.
Fotosfera: es la superficie visible del Sol, de donde emana la luz que vemos. En esta cubierta se observan las manchas solares.
Cromosfera: una capa delgada y rojiza justo por encima de la fotosfera, visible durante los eclipses solares.
Corona: la capa más externa y extensa de la atmósfera solar, que se extiende millones de kilómetros en el espacio y es visible también durante los eclipses.
Cómo funciona el Sol
El funcionamiento del Sol es un proceso fascinante de equilibrio cósmico. En su corazón, a temperaturas de aproximadamente 15 millones de grados Celsius y grandes presiones, los átomos de hidrógeno se fusionan para formar helio. Este proceso, conocido como fusión nuclear, libera una enorme cantidad de energía en forma de fotones y neutrinos.
Estos fotones tardan miles de años en abrirse paso desde el núcleo hasta la superficie del Sol, rebotando y siendo absorbidos y reemitidos constantemente. Una vez que alcanzan la fotosfera, la capa visible del Sol, son liberados al espacio y viajan a la velocidad de la luz, llegando a la Tierra en aproximadamente ocho minutos.
Para entenderlo mejor imagina un gigantesco reactor nuclear natural. En su núcleo, se producen reacciones de fusión nuclear que liberan una cantidad asombrosa de energía. Esta energía viaja a través de sus capas hasta llegar a la superficie, desde donde se irradia al espacio en forma de luz y calor.
La energía que recibimos del Sol es la que impulsa la fotosíntesis en las plantas, calienta nuestros océanos y atmósfera, incluso genera los vientos y las corrientes marinas. Es, en esencia, el motor de nuestro planeta. Comprender cómo funciona el Sol es clave para apreciar su papel fundamental en la existencia de la vida, además, para valorar cómo hoy podemos aprovechar su poder a través de la energía solar, una solución es mediante la instalación de placas solares en los hogares que no solo reduce gastos en electricidad, sino que también impulsa un futuro más limpio y responsable con el medioambiente.