Qué es una batería solar y cómo funciona
Una batería solar es un dispositivo que almacena la energía generada por los paneles solares para poder usarla más tarde. Su función principal es guardar el excedente de producción que has tenido durante las horas de mayor sol y ponerlo a disposición cuando la instalación produce menos o nada, por ejemplo: en días nublados, por la noche o durante tus picos de consumo.
Tipos de baterías solares y sus características
Existen cuatro tipos principales de baterías utilizadas en sistemas fotovoltaicos, cada una con sus características únicas de funcionamiento.
Las baterías de plomo-ácido, conocidas por su accesibilidad y bajo costo, funcionan en base a reacciones químicas entre placas de plomo sumergidas en ácido sulfúrico.
Las baterías de gel y de plomo-ácido absorbente en vidrio mate (AGM) son variantes de plomo-ácido con electrolitos más densos, mejorando su rendimiento y seguridad.
Las baterías de litio utilizan tecnología avanzada de iones de litio para almacenar y liberar energía de manera altamente eficiente y con mayor durabilidad.
Las baterías de gel son una opción adecuada para viviendas con bajo consumo, ya que ofrecen una mayor vida útil que las de plomo tradicional, alcanzando hasta 1.200 ciclos de carga y descarga, permitiendo descargas de hasta el 60%.
Y, por último, las baterías solares estacionarias destacan por su tecnología avanzada, alcanzando hasta 3.000 ciclos y permitiendo descargas del 80%, lo que las convierte en la mejor elección para viviendas grandes o sistemas aislados de la red eléctrica.
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A continuación, explicaremos en detalle las características de mantenimiento, durabilidad y profundidad de carga de cada una de estas tecnologías
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Durabilidad de los diferentes tipos de baterías solares
Baterías de Plomo-Ácido: tienen una durabilidad limitada en comparación con otros tipos de baterías. La necesidad de evitar descargas profundas para prolongar su vida útil es una limitación importante.
Baterías de Gel: ofrecen mayor durabilidad que las de plomo-ácido convencionales debido a su capacidad para resistir descargas parciales sin que esto afecte significativamente su eficiencia.
Baterías de Plomo-Ácido AGM: mejoran la durabilidad en comparación con las de gel, ya que su eficiencia es mayor y toleran mejor las condiciones de uso variables.
Baterías de Litio: destacan por su larga vida útil, superando significativamente a las baterías de plomo-ácido en términos de ciclos de carga y descarga posibles, lo que se traduce en una mayor durabilidad a largo plazo.
Baterías estacionarias: destacan por su larga vida útil, pudiendo alcanzar entre 15 y 20 años según el uso y las condiciones ambientales. Esto las convierte en una de las opciones más fiables y eficientes para instalaciones solares aisladas o viviendas con alto consumo energético.
Mantenimiento de los tipos de baterías solares
Baterías de Plomo-Ácido: requieren un mantenimiento regular, incluyendo llenado de agua destilada y limpieza de terminales. Este mantenimiento periódico es necesario para prolongar su vida útil y asegurar su funcionamiento adecuado.
Baterías de Gel: necesitan menos mantenimiento en comparación con las de plomo-ácido, ya que no requieren llenado de agua. Este hecho disminuye la frecuencia y complejidad del mantenimiento, resultando en una opción más conveniente.
Baterías de Plomo-Ácido AGM: ofrecen una ventaja sobre las de gel en términos de mantenimiento, al requerir aún menos atención. La tecnología AGM implica que no se necesita llenado de agua, lo que reduce su mantenimiento.
Baterías de Litio: requieren el menor mantenimiento entre todas las opciones. Su diseño avanzado y su menor propensión a la degradación permiten un funcionamiento prácticamente libre de mantenimiento.
Baterías estacionarias: requieren un mantenimiento sencillo pero regular para garantizar su máximo rendimiento. Es importante revisar y mantener limpios periódicamente los bornes, comprobar la ventilación del espacio donde se instalan y verificar que la temperatura se mantenga dentro de los valores recomendados para evitar pérdidas de capacidad.